Tanto la crioterapia (uso del hielo con fines terapeúticos) como la termoterapia (uso del calor con fines terapeúticos) son dos tratamientos muy utilizados en fisioterapia y en traumatología. Pero ahora bien ¿sabemos realmente cuándo utilizar cada uno? ¿y las contraindicaciones?

Podemos decir que el hielo se utiliza para lesiones recientes o agudas, y el calor para lesiones más crónicas, musculares, etc. 

Crioterapia

De manera general, podemos afirmar que la terapia con frío o crioterapia, se utiliza en lesiones recientes agudas o en procesos inflamatorios. Por ejemplo, en la primera fase de recuperación de un esguince de tobillo, en un traumatismo reciente, etc. También tiene un uso muy reconocido en los deportes, ya que los baños de agua fría de unos 15 minutos tras ejercicio, ayudan a mejorar la recuperación muscular. 

Lo recomendado es utilizar un cold-pack o más comunmente, una bolsa de guisantes congelados (es igual de efectivo y más económico), durante 10-15′ 3 veces al día. Otras formas de aplicación son: paquetes con cubos de hielo picado, envolturas frías (se empapa un paño con hielo picado), masaje con hielo, crioaeroterapia o chorros de gas frío, etc. 

Lo más recomendable son bolsas de geles fríos o “cold-packs”, o en el caso de que no tengamos, una bolsa de guisantes congelados nos va a valer. La aplicación normalmente será de 15 minutos, 3 veces al día.

Efectos: 

  • Circulatorio. Vasoconstricción y disminución del flujo sanguíneo
  • Disminución del metabolismo y de los requerimientos de oxígeno
  • Disminución del espasmo muscular neurológico (espasticidad)
  • Disminución de la conducción de nervios sensitivos y motores
  • Antiinflamatorio y antiedematoso

Indicaciones: calambres menstruales, heridas, infecciones para enelentecer el crecimiento bacteriano, espasticidad e hipertonía muscular, dolor agudo, traumatismos en fase aguda

Contraindicaciones: cardiopatías descompensadas, úlceras cutáneas profundas, vasculitis, Raynaud, hipersensibilidad al frío, anemia, neoplasias, urticaria, eritrema

Termoterapia

De manera general, podemos afirmar que la termoterapia se utiliza para dolores más crónicos y sobre todo musculares. Por ejemplo: cervicalgias, lumbalgias, puntos gatillo musculares o las famosas «contracturas». 

Normalmente, se utilizan «hot packs», que se aplican durante 20-30 minutos. Otras formas muy comunmente utilizadas son: las parafinas, los parafangos y los peloides (por ejemplo en artritis reumatoide). El baño turco, finlandés y romano también son ejemplos de termoterapia.

Efectos: 

  • Circulatorio. Vasodilatación y aumento del flujo sanguíneo
  • Trófico. Aumento del metabolismo celular
  • Distensión articular y muscular
  • Antiinflamatorio, antiálgico
  • Aumento de la frecuencia cardíaca y disminución del ph
  • Aumento de la conducción nerviosa
  • Sedante

Indicaciones: reumatismos crónicos, rigidez articular, dolor crónico, cicatrices retráctiles, puntos gatillo

Contraindicaciones: Infección e inflamación aguda, neoplasias, trastornos de la sensibilidad, fiebre, hemorragia, hemofilia, insuficiencia cardiaca descompensada, embarazo (en la zona uternia y proximidades)